domingo, 27 de enero de 2008

Vacaciones de Casandra

Una muchacha de Córdoba nos envío un mail con esta foto y un texto acerca de sus vacaciones en la costa Atlántica.

Ya soy grande; a pesar de la foto, paso desde hace poco los veinte años. Tendría que tener vergüenza ante algunos de los bioy, los más -que en realidad son menos o peor- politizados, para decir que me fui y estoy de vacaciones. Que estoy en Valeria del Mar. Sin hacer nada, ni siquiera metiéndome en el mar. Es más, sin ganas de estar. Supongo que es porque me da fiaca mentir, empezar toda una historia nueva, construir una arquitectura apócrifa alrededor de mi vida hueca como un Kinder. En Córdoba ya ni siquiera me resulta natural: mi vida es de mentira.

Disfruto de ver el mar a la tarde, únicamente... cuando ya no están las familias enteras en la orilla. Sólo algunas en las carpas, tomando mate y comiendo bizcochos, pero yo voy adonde las carpas no llegan. Veo desde una colina de arena tibia una orilla verdosa, muy grande (Arlt no podría haber escrito semejante tontera de clase media), y un grupo de pre-púberes con síndrome de Down a punto de meterse con un guía.

En el departamento, no tan lejos de la playa, escucho un único cassette que tengo. Después todo radio. Escribo en un cuaderno Gloria cosas que son nada: alguna vez escuché a Abelardo Castillo decir: "Uno al comienzo escribe bobadas 'hoy estoy triste...' o cosas así, pero luego, en un momento de maduración, uno necesita escribir ficción..." Bueno, a mí no me llegó ese momento de maduración y creo que no llegará. Respeto a Castillo, pero creo que no es maduración eso de lo que habla: es el impulso del escritor, que evidentemente no tengo.

A la noche se escuchan las voces de los y las jóvenes que se van a Pinamar, a bailar, tomar, besarse, enamorarse, aburrirse, lamentarse, acordarse de algún pariente que sufre, o simplemente matar el tiempo en Ku. Creo que es Ku el boliche. Yo comparto un faso con un pibe que conocí en una rotisería donde compramos; cojemos, miramos la noche por la ventana hasta que se aburre y se va.

Les contaste un cuento sabiéndolo contar / y creyeron que tu alma andaba mal / La mediocridad para algunos es normal / la locura es poder ver más allá

3 comentarios:

Lola dijo...

Me pasan cosas muy parecidas a las de esta chica en la playa; que lindo recibir de estos mails cada tanto; de a poco regreso.

Sophie dijo...

tuve momentos asi
pero ahora,
me dedico a mirar, sentir, y no pensar,.
es mas facil

buen blog
slds

los bioy dijo...

que buena ritmica que tienen esos versos, felicitaciones. Seguramente debe ser de ustedes ya que creo que no pecan un cerebro magro y de plagio.
mis felicitaciones