miércoles, 28 de noviembre de 2007

Nuevo integrante / Encuesta: ¿les llegó la angustia?

Un joven escritor, famoso en un círculo cerrado de lectores debido a su necrofílico libro de cuentos cortos, titulado "Pequeño programa por una literatura extensa y agobiante", de identidad anónima (¿qué importa, al fin de cuentas, un nombre? si después de todo nadie lo sabe... o escribimos blogs con (p)seudónimos), se ha unido a los bioy. Y escribe:

No hago, como hacen algunos acá, en este blog, escribir y reescribir y rereleer y tratar de que las cosas salgan prolijas y dentro de lo que se pueda, entendibles. No hablo en plural. Mis ojos casi como si no fuesen míos se pierden en el monitor cada noche de mi vida; los sábados con más fuerza (y triste). No entiendo, quizás, en un arrebato de odio, cómo pueden objetivar la realidad a partir de estos posteos. Lo único que puedo pensar, que me revuelve la sangre y me sacude con arcadas, es lo que pierdo cada segundo acá sentado. Acá parado, mirando por la ventana cómo sigue la noche; caminando de ida a donde sea... sin nada que perder, pero sin nada que ganar. No soy un Roquentin; no soy Remo; no soy más alguien que yo. No estoy vacío, ni absurdido, ni anestesiado, ni tengo náusea; nada fuera de lo normal. Y sin embargo son los fines de semana que me muero en la silla de madera -ya está todo terminado... ¿para qué seguir?- para ver una y otra vez los sitios de diarios culturales, los blogs de desconocidos, las páginas frías, los videos, las filipinas, o cualquier cosa que aparezca tras esta pantalla. Me reconozco envuelto como una hormiga podrida, a punto de ser comida por una araña, junto al teclado. Los amigos ficticios, el sexo bisexual, los cigarrillos mojados, las cucarachas que salen de la tierra, el amor reventado como un plato contra el piso.... todo lo que me rodea se desperdicia: no lo vivo. Y al fin del día, una amargura inmensa, enorme, que me arrastra hasta el fondo del agotamiento. Agotamiento que, por supuesto, no me deja dormir.

No es que haga sesión acá. Es la vida de un blogger que se une a este grupo de personajes que cada tanto escriben algo divertido, o interesante, o que simplemente (y claro, esto es lo fundamental cuando termina el día) me excita. Espero ser el único voyeur de blogs tan deprimente (al respecto de la encuesta).

sábado, 24 de noviembre de 2007

¡Noooo! ¡Es sábado y tenemos sólo cinco minutos!

Porque -les contamos rápido ya que disponemos sólamente de cinco minutos mugrientos (¿¡Qué pretenden con cinco minutos para escribir!?)- hoy es sábado y vamos a salir a la noche y después, suponemos, de un breve lapso de tiempo, arrancaremos con algo para tomar -tomar, tomar... ¿tomar? que palabra asquerosa-, empezamos a mirar raro nosotras, desconfiar de ellos que miran como muertos de sangre; nosotros empezamos a mirar raro, queremos degustar a casi toda muchacha (porque son princesas de la oscuridad, niñas del hermoso mal) que se atraviea por nuestro vano y pueril camino es sábado. sábado.. sábado sábado sábadosábadosábadosábado sábadosábadsábaábadosbadosáb y todavía nos queda un minuto reloj para decir que si no nos morimos (porque hoy, porque sea sábado nosotros NO hacemos diferencia entre las noches de la semana y las de los fines de semana) como queremos hacerlo cada mañana que el tormento de la realidad nos despierta, vamos a intentarlo como cada sábado, con las drogas, las gente, los muchachos que dicen estudiar poesía pero no la citan, y así a nosotras nos atraen más; y los vemos complejos pero ellos rehusan del término y de hecho detestan a los hombres y hasta a las mujeres complejas, y eso nos atrae más; y nosotros, que miramos a la mujer de cabellos rubios, casi plateados, con sus melodías populares, de plata y de lujo con la misma poética que a las poetas que se visten sin plata ni lujo pero que atraen por los jeans desajustados, sus ojos de carne, la droga que comparten

vivimos


sin


miedoquenosconsuma


porfavor


porfavor


no crean que eso (NO CREAS -esto no es una apelación al lector, por favor- QUE ESO NO ES CAER) no es caer y se pasó el tiempo y ¡al diablo!

sábado 24/11/07 (23:45 - 23:50)

jueves, 22 de noviembre de 2007

Camino Circular


Como se pianta la vida con este calor y todos estos dolores. A nosotros que vivimos despreocupadamente como si fuéramos un argentino común ya nos llegó la hora de pagar por nuestros pecados. Es curioso como el aletargue y el asentamiento y los huevos colgando parecieran solucionar todos los problemas, conformes porque el domingo pasado votamos a la gorda Lilita. De qué estaremos hechos para pensar que no depende de nosotros, en qué tiempo vivimos cuando nos parecen locos y fracasados los luchadores del pasado. ¿Todavía quedaran algunos así o es que Internet y ipod nos nublan la vista?
La pasamos sentados hablando de cómo convertirnos en importantes y famosos y tener guita o cómo ser actores porno y actrices drogadictas con el ano del tamaño de una boca de tormenta. Pensando que hay mundos paralelos, que cada ventana iluminada necesita compañía, y cada viejo se merece su lugar en el cielo. El delito mayor pareciera ser seguir procreando fetos desarrollados y amorfos que salen y contaminan más el medio.
Tomar leche de ratas, de perros y de gatos reduciría considerablemente la contaminación del ganado vacuno y caprino, pero que mierda, a quién se le ocurre semejante asquerosidad; y nos damos cuenta después de mucho alcohol y droga que es todo producto de unas cuantas cabezas que impusieron un orden y lo seguimos, y que lo natural no existe y que el hombre es un animal under construction.
Que raro que resulta imaginarse a un obrero teniendo relaciones sexuales con una colegiala espectacular, es más lógico imaginarse a la trolita con un pibe bien o uno más o menos; acaso alguien se imagina a una de ellas calentándose con un morocho casqueado de naranja alisando cemento en la ruta dos rumbo a Pinamar. Que extraño que las altas nenas sean de nuestra propiedad y todas las mujeres encuentren sentido sexual con Los Bioy y no con los Emma, Fat Old Sunes, Niños Espinas… Sabemos que las chicas de nuestro staff ya están demasiado maduras como para hacernos la contra y querer levantarse primero que nosotros a Lola.
Hacia dónde nos dirigimos debería ser la pregunta que todo Argentino se tendría que preguntar, dado que el mundo está en crisis y nuestras industrias funcionan con la energía que añares atrás sobraba y ahora escasea, para ser pintores, músicos, o artistas necesitamos las mismas cosas que un oficinista, así que manos a la obra manga de pajeros/as reventados a mover el culo por algo mejor, que hablar no basta y menos dormir mas de ocho horas.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Esperamos sus Comments

Todavía seguimos esperando que este negocio repunte y esperamos más de 20 coments por post. Pero lamentablemente no poseemos dinero necesario para cometear a los jefes de las empresas (esto se acostumbra en Argentina) así que no podemos acceder a un público masivo. Tal vez esto nos sea así y nuestros lectores son tan o más pajeros que nosotr@s y no comentan los post. Por esto les pedimos a todos que como única vez pongan un simple comment onda: "aca estoy" o "de vez en cuando los leo" así sabemos que no estamos escribiendo solo para la amorosa de Lola y Niño Espina, lo cual es muy gratificante y esperamos tener una orgía dentro de muy poco... hay que ver si lola accede (¿?) y el boy espina also... bueno saludos cyberespaciales amigos!

Los Bioy fuera

miércoles, 14 de noviembre de 2007

"La noche de los días de semana" (prosa poética de Silvia Süller)


Las noches son más lindas los días de semana. Claro, todos son días de la semana, sin embargo el no considerar a los del fin de semana como días de la semana es importante. Los días de semana, los que no son sábados y domingos, poseen un encanto que se escurre como una hormiguita con el agua. Nadie se da cuenta. Alguno quizás lo sospecha, pero rápidamente se esconde reincidiendo en un pensamiento habitual. Alguna quizás lo huele... pero se pierde ante la voz pesada de su marido. Nadie se da cuenta del encanto secreto de los días de semana. Pocos se atreven a mirar por adentro de una puerta de madera, que esconde gente muda, de ojos profundos, que esconden una secta, que esconde un libro, que esconde palabras que revelan la configuración de la Providencia: las noches son más lindas los días de semana.

Sin embargo, en un lugar poco visitado de esta Tierra, hay un hombre que cada noche de los días de semana, sale de su pequeño cuarto y la mira. No la contempla, ni lo inspira para hacer obras de arte; tampoco lo hunde en mares de desolación... no... él solamente la mira... no brota arte de mis manos... mis palabras se ahogan... ... la inspiración no viene... y está bien así... ... muy bien así. Sólo quiere mirar la noche. Despreocupado; la noche lo tranquiliza. Es allí donde se retuerce y se revuelca y se enreda en su nada que lo recorre como una sábana de verano... pensar... sobre todo no pensar... traer a mis ojos los recuerdos infantiles... traer a mi nariz el vuelo de los bichitos de luz... ... mi mente es volátil... no hay palabras trágicas... No hay grandes obras de arte que lo esperen en su pequeña pieza. Su pieza se vacía de él por las noches de semana. Quedan solas las hojas en el escritorio... el piano dormido... la cama abierta... la vida nefasta queda sola en ese cuarto.

Sabe que lo sábados posee noches enfermizas, como helados gigantescos de colores fluorescentes y gustos extravagantes. Los domingos las noches se convierten en tormento: el aire pesa, la familia pesa, la vida arruinada de tan joven pesa. Los viernes no se consideran poseedores de noches de semana. Son una enferma introducción a la esquizofrenia del fin de semana.

Pero un miércoles como hoy tiene una noche de verdad. Como una mujer que se mezcla en el bosque, que ríe entre las telas de su pijama, que se revuelca en el pasto acolchonado de la noche y que corre bajo la luna, como una criatura de la noche, diabólica. La noche de los días de semana lo seduce. La paz mentirosa, la ausencia, la ligereza de pensar en que mañana, si tenemos suerte, amanecemos felices y muertos; la violencia dormida y la verdad mínima que hay en ella, lo sedan.

La noche de los días de semana tiene un ritmo que se olvida de lo frenético o lo aletargado; aquí el ritmo es el del mar nocturno. Un canto profundo. Un ritmo que es. No posee ritmo: la existencia de la noche de los días de semana, al igual que la del mar, es rítmica. Entra por la ventana... con sus pocos sonidos... sus olor a azul... su cielo inmenso pero que abraza con sus tantas estrellas... sus pájaros fantásticos... dejar de doler... olvidarse... ser.

¡A dormir se ha dicho!

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Santiago del Estero (basado en un poemario de la loca de Lola)

Hoy leímos a Lola, compañera de todos los que duermen sentados y despiertan en estos mundos virtuales, indignada por la "indiferencia local folklórica local" ante la situación de los presos alojados en el penal de Santiago del Estero, a partir de la lectura del también indignado Orson.

Hoy mismo pasamos el día pensando lo mismo, cayendo en la también popular simplificación: "en este país, a nadie le importa nada" y para no ser menos, a nosotros tampoco.

Y en ese mismo momento, en el que la radio de alguien se oye de lejos y el calor del verano que llega lento y moribundo empieza a angustiarnos, encontramos el encuentro de Lola: poco más de un minuto, filmado de una TV, imágenes de noticiero: el video que está acá abajo. Según Lola, imágenes "en silencio, sin música, como de fondo". A partir de esas tres cláusulas, a continuación, la tercera práctica de poesía de un alumno inferior.

"En silencio, sin música, como de fondo"

La primera de las premisas que caracteriza al video en cuestión, según las tres elegidas, es que está en silencio. En silencio... ¿qué querrá decir con esto, lola? Claro, en principio parece obvio: en silencio: no hay ningún sonido en el video; nadie habla, no hay ruidos, no hay ondas sonoras más que las que recorren como serpientes de esperma nuestro vacío pero sobrevalorado cerebro. "Mute" diría el idiota de mi tío. Sin embargo hay algo que nos hace sospechar: ¿puede un video estar en silencio? el sintagma preposicional (qué estudiosas las bioy) ¿no requiere un elemento (+) animado, como un humano o un perro? Formalmente sí, de modo que la autora del post, al afirmar que el video y sus imágenes están en silencio, anima (da vida) al video, haciéndolo responsable de lo que diga u omita, muestre o esconda, y además, para que pueda enfrentarlo y compararlo con los ciudadanos. Lola escribe que la falta de sonido, ese silencio, ilustra el mutismo que "nos caracteriza" (suponemos: a los argentinos); entonces, si el video tiene conciencia como para decidir estar en silencio, y a la vez es la imagen de lo que somos, podríamos concluir, de un modo muy radioheadiano (para los rockeros) o muy baudrillardiano (para los drogueros), que nosotros, los argentinos, nos comportamos como videos irresponsables. Mostramos, nos mostramos, pero en silencio, sin la voz, la única de las cualidades del cuerpo humano que no transmite ni inventa, sino que es arte. Ese arte que además es poder de denuncia es auto-censurado. Y como si todas estas consecuencias que traen las imágenes en silencio fueran pocas, la loca de Lola les atribuye un accionar más: evitar que escuchemos al periodista de turno. Así, el silencio va cubriendo todo, como una jalea espesa y maldita; ahogando cada cerradura, cada ventana, cada gota de aire que exista. En fin, el silencio se presenta como la evidencia de la conciencia del video, que a la vez se asemeja al argentino "mutista" (o el humano se asemeja al video conciente irresponsable), pero que, por otro lado, nos deja libres de la opinión interesada, recontra codificada y violada/violadora, del vocero de 26 Tv.

En segundo término, Lola menciona a las imágenes del video, como elementos sin música. Quizás a esta altura de abstracción y borrachera que tenemos, nada nos parezca muy raro, pero intentando ser serios (aunque sea chupamos bien lo que tenemos que chupar): ¿por qué habría de fijarse en la música? Está bien que los noticieros de hoy se aprovechen, también, del arte de las sirenas, pero ¿por qué sería remarcable que el noticiero filmado no tiene música? Podríamos elaborar una hipótesis de la autora (¿es, como nosotras y nosotros, adicta hasta el punto sexual, a la música?) pero no es el objetivo. Lo que podemos ver, aunque sea desde lejos, es una relación que establece la loca, entre el silencio, la imagen y la música. En vez de que sea el sonido lo que imposibilite la existencia del silencio, y por otro lado, lo que sea el complemento de lo audiovisual (sonido + imagen), Lola llena esa parte que ocupa el sonido, con música. El lugar del sonido, aquí lo tiene la música. Como si la realidad se construyese, en parte, a través de la fusión de imagen y música. No hay silencio si hay música. Y no hay sonido, sino sólo música. Ahora ¿qué relación tiene con el video? ¿por qué falta en él? Porque, si es una parte fundamental de la realidad (ya vimos que la realidad sería una combinación de música e imagen) la ausencia de la música representa la ausencia de una parte de la realidad. Estamos viendo en el video, no sólo la parte recortada por las cámaras, sino el recorte de esas partes, por la mitad. Es una realidad mutilada la que podemos ver. Una realidad incompleta; como correr sin una pierna, o tocar la guitarra sin odio, o cojer sin abrazarse.

Y por último, tenemos que el video está como de fondo. Esta, quizás, sea la afirmación que mejor hace honor al nombre completo de Lola: la locura. Y como todo loco es un sabio, vale meterse hasta el fondo de la concha, ahí donde hay otro botón para acariciar (tomaríamos los jugos de las mujeres de desayuno y los de los hombres de cena) y mirar a fondo esta idea de que el video aparece como de fondo. ¿Por qué? ¿Por qué es asombroso? ¡Porque es imposible! ¿Cómo va a estar de fondo? El video es la filmación de un noticiero, pero no está encuadrado ni nada por el estilo; nosotros vemos el noticiero. No vemos la tele que lo estaba transmitiendo, ni alguien que lo vea, ni ningún elemento que lo deje en segundo plano como para decir que está de fondo. El planteo es similar a decir que ahora, estas letras que están leyendo, están "como de fondo". ¿De fondo de qué? Como si estuviésemos siendo mirados por alguien, y lo que importara fueran nuestras manos, o el movimiento de nuestros pies, y estas letras que están leyendo estuviesen de fondo en la imagen de ese gigante, o de ese Gran hermano, o Dios, o alguna idea del infierno. Esta noción de que el video que nos muestra está como de fondo, llega hasta la médula, como una enfermedad en los huesos, un grito de un hombre internado o la imagen de mis hijos muertos. ¿Qué quiere decir que el video esté como de fondo? Hace alusión a la nada. Y la nada nos aterroriza. Es terror, es la ausencia; es lo que está pero no lo vemos bien, es lo que vemos pero sabemos que a alguien que nos ve no le interesa. Y ese alguien es el terror; el terror que tenemos nos mira y nos espera: la cárcel, la muerte, el incendio, los presos, los hombres, la carne, mi carne me mira. Nuestra carne que ahora es la de esos presos, gris y putrefacta; nuestra carne que es la de los policías; nuestra carne que es la está acostada en la tierra. Y claro, cuando vemos el video lo corroboramos: todas esas escenas infernales no están en él. En el video filmado lo que vemos son ambulancias, bomberos, más ambulancias, una máscara, algo de fuego, oscuridad y un titular. Pero los protagonistas de la noticia; los quemados, los encarcelados, los delincuentes, los violadores, los violados, no están: en el video, los presos están como de fondo. Entonces, si el video se trata de ellos, está como de fondo.

Los lanzallamas

Para terminar, llamamos a la comunidad de tres personas que nos lee, a que no se considere una acción en potencia, sino todo lo contrario. La única palabra que nos permiten decir nuestras entrañas retorcidas es desesperación. Y ante la desesperación que tienemos: rendirse, y dejarse llevar por las calderas de nuestra humanidad, los campos de odio, los cielos de fuego, los amores podridos. En fin, el mal ¿no?

domingo, 4 de noviembre de 2007

Las Palabras No Bastan