¿PEPSI O COCA COLA?

Pepsi o Coca cola, blanco o negro, Sony o Philips, Beethoven o Stockhausen: elección. A todos aquellos que alguna vez pensaron que podían tomar decisiones y elegir entre dos polos, lamento informarles que se equivocaron, se puede elegir pero las consecuencias son fatales; en ambos hace tanto frío. Así como no existe lo bueno y lo malo, donde la verdad es una toma de poder, se hace imposible no tomar partido, no elegir. A veces la decisión no tiene importancia como en el caso de la bebida o en electrónica, pero en cuanto a recursos humanos, decisiones
morales y éticas, esta es de por vida o por muchos años por lo menos.

El entramado de relaciones sociales es tan amplio que difícilmente escapemos el ser juzgados por nuestras decisiones, no estoy hablando de una paranoia general, sino que nuestra mente acecha desde lo más profundo de la conciencia. Intentemos pues hacer algo “loco”, atropellemos a alguien solo por sentirnos totalmente ajenos a las sensaciones humanas y si queremos empeorar las cosas, escapemos. Vayamos a dormir y a la mañana siguiente tomar el desayuno como si nada. Esto es imposible. Existe la conciencia (o como quieran llamarlo), a la cual no podremos penetrar nunca jamás, ella vive ajena a la mente, es un ente privado e independiente, propiedad de nadie que afecta a uno solo en constante batalla.

Batalla porque quién acaso no intenta vivir un momento sin tener remordimientos o en donde los actos no tengan importancia en el presente con perspectivas al futuro.