domingo, 9 de septiembre de 2007

Del internado de Bahía Blanca


Una vez más les quiero dar gracias Los Bioy por dejarme participar en este blog, siendo su contraseña tan difícil…
Cuando uno se halla tanto tiempo internado en el corazón de lo que llama el estado nacional como institución mental, porque no hay más corazón sin arterias ni sangre y cerebro que lo mueva, empieza uno a divagar, entre tanto loco con los pantalones por las rodillas y babas por las mejillas, se pudre uno. Y bueno, como no me veo por mucho tiempo fuera de aquí, se me ocurrió pensar en alguna manera por la cual podría ser todos los hombres, eso he dicho todos los hombres: desde el neurólogo que me pone sopapas en el cerebro, todos los días, al hombre de familia que llega a su casa del trabajo y ve que vale la pena romperse el lomo para mantener a su familia tan bonita. Entonces cómo podría hacer yo que apenas conozco 500 palabras para sentirme como todos y sentirlas a todas porque soy hetero y las quiero sentir. Extraño el calor de las mujeres y las tetas de mi abuela en la cara cuando me abrazaba siendo yo muy pequeño como para no entender que era eso que me pasaba allí abajo. Pero ahora lo entiendo, lo siento a cada rato y se como clamarlo. Aprendí solito.
Entonces yo pensaba que tal vez cuando le meto mi pito a Juan (ese recibe más sopapas durante el día, todos los días) puedo sentir a todos los hombres y cuando la doctora se mete mi pito en su boca puedo sentir a todas las mujeres, lo deben hacer porque soy el único se lava el pito todos los días y no lo deja oloroso. No sé, pero me elijen a mi.
Si esa fuera la forma en que todos estamos igualitos y no nos damos cuenta, porque yo digo que cuando lloro, lloro igual que Juan o los personajes de la tele, a todos nos caen lágrimas y ponemos fea cara, aunque a mi me parece linda porque es como es de verdad. No solo llorar, todos meamos igual y comemos igual, pero cuando usamos el pito me alejo y me siento diferente, y si todo lo que hacemos es igual para todos, y si cuando uso el pito me alejo y también es igual para todos, tal vez ese alejarme nos una a todos con todos y seamos todos y en ese alejarnos estemos en todos lados.
Bueno esto les quería decir, le cuento que me llamo Ernesto y estoy internado en el hospital hace mucho tiempo, que acá me tratan bien (como nos merecemos según el jefe), y nada… Besos y abrazos. Gracias a Los Bioy por dejarme comunicar. Los quiero. Chau

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