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Todavía es chica; y pensaba, una mañana, en el baño de la escuela... pensaba en lo aburrido que son sus profesores-no-aburridos; esos que no son aburridos y se llevan bien con algunos alumnos -los que son aburridos-. Esos pocos, no muy lindos, inteligentes pero ocultos profesores que miran películas de Pasolini o leen a Perlongher. Y escuchan King Crimson. O Bob Dylan. "Música para sordos", le dice ella. "No importa si tocan lindo o si tocan peras: siempre todos hablan de ellos".
A ella le gusta mirar por la ventana, sin saber quién es el que pasa. Le gustaría ver, en la noche, cómo patinan, pero a esa hora se pelea con sus papás. Igual no llora; se imagina tocando la guitarra eléctrica, cantando bajito sus canciones. Y sin hombre que la acompañe. No porque la haya pasado mal. Está sola, nada más. No pasa nada... es así y no pasa nada. Hasta que se saca el jean. Y se piensa. Empieza a dejar de estar sola, y empieza a estar con ella. En la cama, panza arriba, mirando el techo con el poster con el cuerpo con la cara con pelo de Kim Gordon. Y se piensa con la mano que se esconde abajo de la bombacha. Se imagina cojida por primera vez. Qué aburrido. Prefiere seguir con la masturbación a escondidas, con miedo a que entre su hermana. Sin sacarse la ropa interior; sin gritar. Acaba y se olvida.
No sabemos cuándo lee el blog -o si lo lee-. Sabemos que quiso aparecer. Dice que no la aburrimos; Charly García, los chicos lindos, los libros con muchas hojas, la familia, la gente contenta, Patricia Walsh, los perros grandes, y muchas cosas más la aburren. Pero este blog no.
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