jueves, 11 de octubre de 2007

"Radiohead: Después del fin de la música" o "El placer de morir juntos en una tarde de lluvia"


No. No solemos, a ese irreflexivo pensamiento filosófico (dicen que es eso los que estudian y no trabajan como nosotr@s por algunas monedas para el bolsillo, pero pocas para la cabeza), darle la mano (en el mejor de los casos -ya a esta altura se sabe que damos y entregamos lo que sea-). Pero esta vez, además de comenzar con un par de líneas sucias de paréntesis y pésimas en retórica (que de tan mal escritas que están esperamos al menos que sorprendan a algún lector del blog que sea psiquiatra, neuro-lingüista, antropólogo o astronauta, para que se digne a curarnos, como diría Natzinger) la vamos a aceptar y decir, con énfasis, como un colectivo que arranca, sí. Esta vez sí le damos la mano. Be happy. Claro está, le damos la mano en cuestiones puramente de significado, ya que la fonética de las dos palabras, el sonido, esa imagen acústica (diría míSter eStructuraS) que se pega como resaca en la cabeza, es asquerosa. Sólo basta pensar el sonido de Be happy para querer borrar todo lo que escribimos y seguir mirando "Movete Georgina, Movete". Pero hay que ser maduros y trabajar fríos sobre el enunciado, nos dijo un profesor del Cotolengo, como lo llama Fogwill.

¿Por qué Be happy? Básicamente por dos razones: primero, a pesar (y al pesar) de la Iglesia, del Ejército, de la Historia, de la anciana hermosa de Lita de Lazari, de las escuelas que empiezan con "San" o "Saint", de las universidades que empiezan con "Universidad Católica", de las empresas que contienen siglas extranjeras y no extranjeras (bueh... es lo mismo), de los que dicen que leen, y de muchos más, tenemos el agrado de escribir: reclusión perpetua a Christian Federico Von Wernich. (Y sí: es para estar contento; no nos vengan con esas idioteces de que el sufrimiento, la perpetua, la cárcel, la no-libertad de este buen cristiano no son motivos para descorchar un vino y desconchar una virgen "porque sería estar a su altura" y esas palabras neutras que terminan diciendo nada).

La segunda razón de por qué hay que estar contentos (o aunque sea nosotros y nosotras), es porque Radiohead. Al principio mirábamos de reojo la noticia, pero ya pasó el día del lanzamiento de su disco In Rainbows y demostraron que no mentían, que no hay embrollos en el medio y que no son argentinos (ni latinos, ni estadounidenses, ni chinos, ni franceses, ni belgas, ni siberianos, ni africanos, ni indoneses, ni... bueno, creemos que todos saben que son ingleses ¿no?). De hecho, lo que querríamos destacar es, no tanto la propuesta en sí, como acto que otorgue identidad a la banda (como las inidentidades de los Residents, o las mil y un noches de Marilyn Manson) sino la propuesta-en-contexto; la propuesta de vender un disco al precio que decida el público, como un grano de arena para el viraje que desde hace unos años se está gestando en el mundo de la música.

No vamos a hacer una genealogía de este cambio que empieza a ser incómodo para algunos (idiotas) y fabuloso para otros (idiotas) a partir de que Metallica se enojó con Napster. Pero no queremos de dejar de mencionar que lo que está haciendo Radiohead, hoy día, es perfecto.

¿Por qué no habrían de hacerlo? ¿Porque las disqueras de esa manera empiezan a perder dinero, dejándo así en un futuro a los músicos sin una empresa que los banque? Qué nos importa: que se fundan y que dejen a todos esos músicos en la calle, sin trabajo, que se mueran todos los músicos, a ver si pasa algo terrible. ¿No habrían de hacerlo porque de esa manera "el pueblo toma las riendas verdaderas de la economía musical y deja de ser controlada", corriendo el riesgo de que el país con más poder (y mejores músicos de rock) se vuelva comunista? Por favor, eso nunca se puso en práctica, excepto para los imbéciles que no se animaron a leer a Marx (ni a leer) ¿No habrían de hacerlo porque la gente, nosotras y nosotros por ejemplo, somos tan pelotudos que nunca pagaríamos más de diez centavos, ni siquiera a Radiohead, pudiendo elegir el precio, haciendo de esta manera que se funda la misma banda? Pero qué carajo nos importa: que se funda Radiohead y todos los ingleses y los deprimidos; no va a pasar nada. Si ese es el precio que hay que pagar para que el estado de las cosas, de la música en este caso, haga un giro tremendo, ¡pues claro que lo vamos a pagar!. ¿Qué puede pasar? ¿Que además de todo lo malo que dicen los "músicos" que están en contra del mp3 y la descarga o robo (da igual) explote el planeta y todo vuelva a ser como Etiopía? ¡Que pase eso entonces! ¿¡Qué nos importa reventar como fusilados si es por esta explosión del mercado que hace que la pendeja virgen de la música y la dama putona de la economía, siempre unidas, pero hasta ahora en equilibrio, empiecen a cojer lujuriosas como a nosotr@s nos gusta, para así desequilibrarse y tener hijos bobos e hijos genios!? Igualmente somos carne de cañon; ya estamos en la lista de espera así que firmamos con esta parte. Vamos a apoyar el juego. Y si nos equivocamos, mejor que así sea, y que de una vez por todas se vaya todo al carajo.

¿O no? (y después de esa pregunta es cuando nos tiramos a fumar un cigarrillo en la cama).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

jeje, muy ocurrente su comentario en mi blog señores/as. no solo se asemeja a eso que mencionaron sino a cosas mucho mas extrañas. si solo supieran lo que paso despues! solo les digo que es como que hable con un "yo" de otra dimension. extraño, muy.

saludos!

los bioy dijo...

FOS, hay medicamentos para eso.

salu-jh-f-y-dos

Emma dijo...

Una ve por la calle a lo chicos que pasan repartiendo el diario "a voluntad", o una estampita "a voluntad", pero el disco a voluntad, es la primera vez..

Igual Radiohead no me va, así que yo no quiero el disco ni gratis.

Saludos!

los bioy dijo...

Preferimos así; hace algunos años le hubiese costado la cabeza.
Además, de quién es el disco a voluntad ¿no? (sin desmerecer a los virtusísimos ruidistas de Plaza Francia o los sentimentalisímos cantores que gritan canciones en el tren)

saludos